Cuando pensamos en emprender, nos ilusionamos por el producto o servicio que queremos ofrecer, qué tendrá de diferencial, cómo vamos a crecer o formar equipo, pero hay una parte sustancial para ir adelante que nos preocupa y a menudo no sabemos cómo acometer: ¿de dónde voy a sacar el dinero para mi empresa?
En este artículo vamos a explicaros las distintas posibilidades que existen, así como sus implicaciones.
Lo primero que debemos tener claro es la diferencia entre deuda y capital. Aunque en ambos casos es financiación que entra a la empresa, ambos métodos tienen características bien distintas.
El financiarse a través de deuda, generalmente préstamos, genera un coste para la empresa en forma de interés que será fiscalmente deducible (con ciertos límites), y tiene un plazo de vencimiento prefijado en el que debemos devolver el principal obtenido. Los prestamistas en general no tienen ningún tipo de control de la compañía, su interés será recuperar el principal y ganar un interés.
El obtener dinero mediante capital o equity no exige a la compañía devolver a los inversores ese importe en ningún momento, ni darles una remuneración (si bien, la empresa puede decidir pagar dividendos, esto no es una obligación). Otra gran diferencia con la deuda es que ceder acciones a cambio de capital otorga control al inversor, pues pasa a ser propietario de una parte de la empresa.
No es que una forma sea mejor o peor que otra, y la combinación ideal de deuda-equity depende de cada compañía, el sector y el momento del ciclo de vida de la empresa: si eres un emprendedor que necesita apoyo en la gestión, un buen socio con experiencia puede ser de gran ayuda, mientras que si quieres ser el único propietario de tu empresa y no tienes ahorros suficientes para acometer el proyecto (lo que se conocería como “bootstrapping”) deberías centrarte en conseguir un préstamo, aunque apalancar la empresa aumente el riesgo de insolvencia.
Si optas por la deuda, puedes conseguir un préstamo de familia y amigos, de la banca, de un fondo de deuda o de una plataforma de crowfunding (en su versión de crowlending). También hay fondos públicos como los ICO y ayudas del sector público que apoyan iniciativas emprendedoras, autónomos, etc. (estas ayudas pueden ser subvenciones a fondo perdido). Si tu objetivo es levantar capital porque quieres más flexibilidad, puedes asociarte con familia y amigos, buscar un “angel investor”, un fondo de “venture capital” o acudir a una plataforma de crowfunding en la que presentar tu proyecto al que accederán numerosos individuos que lo apoyen con pequeñas aportaciones.
En Legal Angels estaremos encantados de estudiar tu caso en concreto, analizar los pros y contras de cada opción y acompañarte en la búsqueda de aquella que estimes más adecuada para tus objetivos
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